Puede que Rumanía no se encuentre en nuestra lista de destinos preferidos a la hora de organizar nuestras vacaciones. Probablemente, si no hubiéramos tenido allí a uno de nuestros mejores amigos y colaboradores del blog, ni nos lo hubiésemos planteado. Pero a decir verdad, ya estamos pensando en regresar.

Nuestros viajes, como podréis imaginar, siempre acaban teniendo un componente gastronómico muy importante, y más aún en Rumanía, donde es muy económico salir a comer fuera de casa si lo comparamos con España o con otros países europeos. Dada la extensión del país sólo os podemos presentar un pequeño ejemplo de los lugares y platos típicos que más nos han gustado.

La gastronomía rumana es bastante amplia, pero en general podemos decir que los rumanos son bastante carnívoros. Entre sus platos típicos podemos encontrar el sarmale (un rollizo de carne envuelto en hojas de col), la ciorba (caldo a base de legumbres y diferentes tipos de carne), el codillo de cerdo y el gratar (lo más parecido a nuestro concepto de barbacoa y que casi puede considerarse un deporte nacional). Entre sus postres, el papanasi nos ha enamorado, se trata de una masa similar al donuts cubierta de nata y mermelada).

En la capital, en Bucarest, no podéis dejar de visitar Caru’ cu bere, un monumento histórico de 1898, en el que además de disfrutar de diferentes espectáculos tradicionales podréis degustar la gastronomía típica rumana, aderezada con las mejores cervezas del país, incluida su cerveza propia de producción casera. En el mismo centro de la ciudad se encuentra Lacrimi și sfinți, donde se puede disfrutar de una cocina más contemporánea (recomendamos encarecidamente probar la Brigada Moravuri).

Si buscamos un lugar más selecto y donde podamos darnos un pequeño-gran homenaje, de camino a Brasov podemos visitar el restaurante del Castillo de Cantacuzino donde recibiremos un trato de lo más profesional, y si tenéis suerte podréis conocer a su simpático chef Romica Harabagiu.

Ya en Brasov, la capital turística de Rumanía, una de las paradas obligatorias es Festival’39, un local ambientado en los cafés de principio del siglo XX en el que además nos ofrecen música en directo. Y si tenéis tiempo acercaos al restaurante Casa Romaneasca, donde podréis seguir disfrutando de la cocina tradicional y donde os recomendamos probar sus deliciosas costillas.

Nuestra recomendación es dejar a un lado las ideas preconcebidas que podamos tener desde aquí y disfrutar no sólo de su amplia gastronomía sino también de su belleza. Y desde aquí animamos a todos los que han visitado el país a ayudarnos a ampliar nuestras recomendaciones. Un beso a todos.